La cuerda torcida

Me gustaría vomitarte todas mis palabras que son demasiadas. Me gustaría que me abrazaras una vez más porque estoy llena de espinas y así sabrías cuánto duele. Pero en el fondo, no concibo la idea de hacerte daño.

Ya va a ser un mes que no sé de ti, pero así estoy mejor. Aunque debo admitir que hay días que te extraño, como ayer, como hoy.

-Esta lloviendo

-¡No!, recien había lavado el carro y ahora se va a ensuciar

-Entonces tienes que odiarme

-¿Por qué?

-Porque yo soy la lluvia

-Estas loca

-De verdad, por eso cada vez que llueva tienes que pensar en mi

Estar inseguro entre dos o más cosas es consecuencia de que pensamos cuáles son las desventajas y ventajas de nuestras opciones. A veces nos vamos por las ramas, vemos más allá, nos hacemos un mundo, una bola que parece que no tiene final. Seguro que en nuestras cabezas ya había una idea de lo que queríamos pero en vez de decir “sí, esto quiero” nos preguntamos mil veces si será lo mejor. Me pasa a menudo, y seguro que les pasa a menudo. Siempre trato de ver qué es lo que me conviene y al pensarlo tantas veces me termino decidiendo por alguna cosa que no estaba en mi mente en un comienzo. Lo peor es que todo me sale mal, siempre me sale mal, quiero hacer algo pero digo NO, mejor es lo otro, y termino en uno de esos embrollos en donde difícilmente puedes salir. Me cavo un hoyo, me un hundo sola, a veces hundo a los demás. Me ahogo en el más profundo orificio que puedan imaginar, y solo por un problema que al parecer no tiene mucha importancia. Y, ¿cuál es el problema que causa todas nuestras desgracias? El problema es que pensamos.

Hay cosas que ni que mencionarlas,
el poder de la mente es el más fuerte que hay.

Hoy lloro en palabras, todo lo que no pude llorar hablando con él. No lo sentía así estos últimos días, como que las cosas iban a ser tan difíciles, tan complicadas al momento de decirle. Creo que me equivoque, todo fue más complicado de lo que yo creía, quise decírselo, porque no quiero que piense que lo odio, porque no es cierto, lo amo demasiado. Hoy fue el día, tal vez la última vez que me senté en su auto, tal vez la última vez que vi su rostro, tal vez la ultima vez en que simplemente escuché esa voz que con un poco de ironía me decía que haga lo que yo quiera. Me moría de ganas de llorar, quería morir en ese mismo momento, quería que un carro me atropelle, quería que venga Peter pan y me llevará al país de nunca jamás. Pero IMPOSIBLE, o tal vez poco probable. Y bueno, aquí comienza mi vida sin él, aunque ya había comenzado cuando lo borre de mi celular, MSN, Facebook, etc. Hoy voy a dormir tranquila, hoy y ojala siempre.

-¿Qué se siente?
-Alivio
-Y entonces, ¿ahora?
-Nada, solo voy a esperar
-Como siempre lo has hecho, como lo haces toda tu vida
-No, hoy es diferente, hoy siento libertad, hoy me siento tranquila
-Estas creciendo
-Así parece.

Parece que Agosto es el mes donde más sangro. SIEMPRE. Me molesta tanto, pero esta vez ya es hora de tomar una decisión. Es mi momento, el momento que muchos seguro han estado esperando, y tal vez el momento que él menos se espera. Me va a doler, pero creo que tengo que hacerlo porque no puedo permitirme estar así, ya es demasiado, pasa los límites. Ese día seré lo más fría posible, trataré de no soltar ni una sola lagrima diré lo que siento y lo que pienso, y si no concordamos entonces se acabo. Seguro voy a llorar semanas o meses y me costará olvidar, pero dentro de un año como dice mi amiga, voy a sentir la cicatriz, pero ya no estará abierta, tal vez aun duela un poco, pero ya no tendrá la posibilidad de que se meta algo que la pueda infectar. Por fin me voy a extirpar mi cáncer como dice otra amiga, por fin me voy a curar, porque este es un amor, que me enferma, que me esta volviendo loca, y no puedo estar así, no ahora, no cuando ya tomo conciencia sobre mi misma y sé que es lo mejor para mi. Yo he sido bastante paciente, de verdad, como yo no va a ver otra persona de paciente en estas cosas, se lo advierto. Y sí, LO AMO, como nunca he amado a nadie, pero yo me amo más a mí y no es vanidad, es respeto a una misma, no voy a dejar que me hieran más. Como dije una vez y me prometí no voy a bajar del vagón, no esta vez, no como toda la vida lo he hecho, esta vez estoy pegada con terocal. Y el día que tenga que hablar, lo mirare a los ojos sin derramar una sola lágrima y tratando de no desear besar sus labios, pensando que entre nosotros jamás hubo alguna intimidad tan fuerte y así sin más le diré ADIOS.