jueves, agosto 9

hoja de papel.

okay, okay, okay. Ayer lo volví a ver y fue la mejor cosa que me haya pasado en mi vida. LO JURO. Salimos en la noche, o bueno no tan de noche, pero a una hora que mi madre no me hubiera dejado salir antes. Y nos fuimos a miraflores a tomar un café. En el trayecto no paso absolutamente nada, todo genial, lo más lejos posible. No había sitio en el café Z entonces dije Mc Donald será, pero la verdad no tenía muchas ganas. La cosa es que terminamos yendo a Bembos y como hay un nuevo esto de café, normal me compré un café y un muffin. No quiero contar todo con muchos detalles, pero lo tengo tan grabado en mi mente que de verdad lo haría. Subimos y nos sentamos en un lugar donde estaba casi vació, yo practicamente sentí como si no hubiera nadie más. Hablamos, reímos, miramos y queriamos. La hora había llegado teníamos que volver a casa. Lo acompañé primero a comprar unas uñas para su guitarra y luego nos dirigimos al transporte que me regresaría a la realidad. El taxista tenía la ventana completamente abierta, esta vez si moría de frío. Mientras un ambiente un poco más romántico había entrado al auto, me recosté en sus piernas y el lo permitió es más me tomo de la mano y estuvimos así yo echada encima de él, disfrutando del calor de su cuerpo. Nos mirábamos, sonreíamos, me cogía la cabeza, me hacía cariñitos y esa chispa que tenía soltarse en algún momento, explotó. Me dijo que me sentara más arribita y era obvio para que. Sin pensarlo dos veces, lo hice. Apenas tuvimos nuestros rostros frente a frente, no se pudo evitar más. Me beso, lo bese, nos besamos. Paramos y yo estuve recostada en su hombro, mientras el me tenía cargada como una bebe, me daba besitos en la frente y en la cabeza. No aguanté volví a mirarlo y me volvió a besar. Solo que esta vez como dice mi chiquita de una manera que jamás había sentido (a lo salvaje, jaja.) yo le seguí, aunque paré para decirle que me estaba comiendo y que lo iba a morder por lo que el carro estaba en movimiento, al parecer le llego y me dijo que no le importaba y prosiguió, así, por un largo rato más. Hasta que casi llegamos yo me senté bien pero el aún me tenia de la cintura y me daba besos en la parte de atrás de la cabeza. Llegamos, el encantó se acabo, pero esa sensación de sentirse querida, se ha quedado en mi. Hoy he pensado en él como nunca, como siempre. Todo me suena a él. Hasta una maldita hoja de papel.
y sabes lo que más me excita de todo esto?, que nos queremos.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

bien por ti linda.

Anónimo dijo...

no es querimos. es quisimos xD

sugar__candy dijo...

no dice querimos, dice QUERIAMOS. :|