lunes, octubre 5

Maybe you can't run away.


Casi y no me alcanzan los dedos de una mano para contar cuántas veces hemos dicho adiós. De repente te levantas un día a las siete de la mañana y te das cuenta que lo habías perdido todo. Se había desvanecido mi olor en tu cuerpo, necesitabas a alguien con quién hablar. No eras capaz de buscarme, no eras lo suficientemente valiente para decir que me extrañabas. Tu orgullo, tan marcado en ti, no te permitió hacerlo. Era como mil manos amarrándote a la cama y tú luchando por pararte. Luego, una madrugada me encuentras. Siempre soy yo la que tiene que arreglar todo. Yo, la que tenía el corazón destrozado en cinco, como las veces que dijimos adiós.

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