La cuerda torcida

Hoy una etapa de mi vida acabo. Mi etapa escolar. Y aunque no derramé todas las lágrimas que tenia para dar, hoy lo hago sentada desde una computadora. Es increíble como el tiempo pasó tan rápido que aún no lo puedo asimilar. Me asombro y sorprendo cuando veo que con una vela y con canciones nos decimos adiós, un adiós que para algunos dure siempre y para otros solo un momento. Porque en mi corazón los llevaré a cada uno de ellos y por fin ahora me doy cuenta de lo importante que fueron en mi vida por 11 años consecutivos. Es difícil para mi decir esto, pero de una u otra forma, hoy siento su cariño y ese aprecio que no supimos compartirlo mientras nos sentábamos en unas carpetas, que ya no las llenaremos más. El próximo año, ya no usaré más un mandil, ni tendré que llevar un mochila llena de cuadernos, no habrá una coordinación y menos una consejera o tutor, simplemente seremos yo y la vida, la vida y yo. Así cada uno elegirá su camino y al igual que yo, tendrá que afrontarlo. Comienzo otra etapa hoy, que la vida me guié por buen camino, la vida y Dios.