La cuerda torcida

Por fin llego el día en el que me sentaré a escribir lo que siento de verdad, porque ni yo misma ya sé. Para comenzar siempre he vivido en ese típico mundo color rosa, con las mariposas, y los unicornios y no sé que tanta sonsera. Yo me creía bonita, me creía la que podía todo, la que sabía todo. Tenía mi futuro perfectamente planeado con el príncipe azul que viniera a rescatarme. Me iba a querer y quién sabe hasta amar, e íbamos a vivir felices en un castillo en medio del campo. En fin. Este año me toco toparme con la cruel realidad, y aunque yo quiera seguir fantaseando ya tengo que despertar. Ya no existe un príncipe azul, el hombre del cual yo estoy enamorada es de esos que se van de fiesta en fiesta cada fin de semana buscando chicas, y no cualquiera sino de esas bonitas flacuchentas cara de barbie. De esas que tienen harta plata, que han estudiado en buenos colegios, que están en “x” universidades, que tiene una gran casa, que bailan bien, que parecen haber nacido con habilidades extra especiales y con el cuerpo soñado que hace que cualquiera sienta una envidia que nos minimiza frente a todo y no podamos avanzar. Así es señores, porque en la realidad yo ya no soy la mujer perfecta, soy una simple niña de 16 años enamorada de un hombre de casi 23. No tengo nada descomunal para ofrecerle más que todo el amor que llevo en mi. Ahora por fin entiendo que lo que él quiere conmigo es un FREE. Y las calorías que consumen este cuerpo con un dulce sabor amargo dicen que esta bien, y lo aceptaron en sus oídos, caí rendida, empuje la pared que me separaba de lo bueno y lo malo y me abatí en ese abismo tremendo de ser una más de ellas, la que busca diversión con un hombre de quién sabe, meses, semanas o días. Es vivir con esa desconfianza diaria de saber si el chico que más quieres esta besándose con otra, esta diciéndole lo que te dijo a ti a otra o etc, pero en verdad se supone que no me debería importar porque es un “estilo” de vida, del cual todos ya agarraron la onda menos yo. Tal vez les parezca que de cierta manera yo quiero abrirle los ojos y ver que esto esta mal esta fuera de control pero así es la vida como le dije a él, me tengo que adaptar, ellos ya no se adaptan a mi, ahora me toca a mí. Aquí ya no hay injusticias, todo es justo. Aquí no hay mentiras, solamente el ocultar información. Aquí todos estamos con todos, y nos da lo mismo lo que sentimos, con tal de buscar ese placer que deseamos ansiosamente tener todos aunque sea por un momento. Ansiado placer, que me hace decir y realizar cosas que no estaban en mi hace algunos días. Tengo que vencer a este mundo, como?, solo uniéndome.

Y después de decir todo esto, el miércoles que salga con él seguro vendré a escribir de lo mágico que fue el momento. Ya no hay más magia, ahora todo es placer.